Acortando las distancias
Mal que nos pese, una de esas noticias sobre personas tiroteadas y muertas que adora la prensa sensacionalista —siempre en busca de más y dando mucho que pensar sobre los medios de comunicación y más sobre la sociedad—, de pronto acorta la distancia entre esa prensa y la realidad que retrata.
Resulta que esta vez los asesinados son ellos mismos periodistas, Alison Parker y Adam Ward, muertos mientras hacían su trabajo: entrevistar en vivo a alguien para la televisión. Y peor, el pistolero de turno, Bryce Williams, ha resultado ser también un periodista. Ya no tienen necesidad de salir a la calle a buscar la noticia sangrienta: la noticia terrible son ellos mismos.
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